Cuando uno se detiene a pensar en los problemas medioambientales modernos de mayor impacto negativo, de inmediato se viene a la mente el de carácter corriente, común, e incluso a estas alturas, normalizado: pues nos referimos a la cultura del plástico.
Esto se debe a que el consumo habitual del plástico amenaza directamente a la naturaleza, principalmente porque la desintegración del material del que está compuesto –el petróleo- exige un periodo de años extremadamente largo, lo cual ocasiona la pérdida de nutrientes en los suelos fértiles.
Frente a este panorama desfavorable para los recursos naturales y el equilibrio climático a nivel global, se han promovido campañas de concientización e inculcado la responsabilidad ambiental como parte indispensable de la educación escolar. No obstante, si bien estas medidas disminuyen los efectos graves, no ha sido suficiente: grandes problemas requieren grandes soluciones.
¿Y cuál es la gran solución? Efectivamente, aludimos a los envases biodegradables. Este producto es uno de los símbolos del compromiso ecológico porque contribuye a la disminución del consumo de los envases tradicionales e influye activamente en el desarrollo sostenible, desde las prácticas industriales hasta las costumbres diarias de los ciudadanos.
Además, por su composición orgánica -su mismo nombre lo dice: bio viene de vida o algo que se encuentra vivo- permiten reducir el nivel de contaminación urbana, preservan su contenido, sea alimentos o bebidas, en un estado óptimo que no atente contra la salud del consumidor y aumenta la presencia de empaques –de atractiva apariencia y personalizables- que pueden ser desechados fácilmente.
Dicho de otro modo, los envases biodegradables se exhiben como una beneficiosa novedad para el plano ecológico, porque son agentes que funcionan como organismos vivos, con el objetivo de no alterar ni perjudicar el ciclo vital que experimentan los espacios naturales, garantizando así la continuidad de las especies: animales, plantas y, por supuesto, los seres humanos.
Por lo tanto, el envase biodegradable es un artículo de vanguardia, una innovación ecológica diseñada para reparar los daños cometidos a la madre tierra en el pasado y asegurar la protección y conservación de los ecosistemas en el futuro. Esto se puede lograr si consolidamos su uso y difusión en el presente. Es hora de que las invenciones modernas mitiguen los perjuicios ocasionados por lo tradicionalmente fabricado.
En ese sentido, Eco Estrategia Peruana es una empresa que se ha trazado como objetivo sumarse a la misión ecológica de buscar medidas sostenibles y balanceadas a nivel comercial.
Buscamos encarar los problemas ambientales que ponen en riesgo la estabilidad de nuestro planeta, asumimos lidiar con ellos en el presente inmediato con el propósito de fundar un futuro ecológicamente promisorio para las generaciones venideras. He ahí nuestra meta, y los envases biodegradables, nuestro emblema.